HISTORIA DE UNA ESCRITORA (RELATOS)

Mi bisabuelo escribia poesía, se levantaba a altas horas e la madrugada para hacerlo. Era un hombre obsesionado con la religión, estricto e intolerante padre de familia con ocho hijos, siete de los cuales mujeres, sometidos todos ellos bajo una disciplina basada en el temor.

 

Le gustaba fumar y beber aunque nunca llegaba tan ebrio como para no cumplir con sus deberes al día siguiente. Era un hombre de campo, la naturaleza le había otorgado gran dureza acompañando la extrema sensibilidad demostrada en sus escritos, en ellos quedaba impresa su fuerza de carácter y su gran conciencia religiosa.

 

Yo tenia 12 años cuando mi abuelo me dio uno de los cuadernos de su padre, lo leí entero no pudiendo evitar cierto resentimiento hacia él por la lectura de unos textos llenos de intransigencia, machismo e incluso una pizca de fanatismo religioso que otorgaba la sal a sus abrasadoras palabras.

 

Al año siguiente, con 13 años, empece a escribir.

 

Construi mi pequeño-gran mundo sobre bailes de palabras nacidos de llantos o alegrias. Necesitaba mi soledad con la única compañía de mis dos mejores amigos…. la pluma y el papel.

 

Todos mis pensamientos o sentimientos eran reflejados en mi escritura, me escapaba para buscar rincones solitarios en mi habitación o en cualquier calle en dónde algunas personas observaban sorprendidas mi actitud solitaria pero sin atreverse a lanzar preguntas que nunca serian respondidas por mi con actitud afable.

 

Pasaron años, vivencias y personas… sigo buscando mis locales, mis pequeñas cuevas con escondrijos en dónde suena mi música favorita y mucha gente sigue tachandome de excentrica, bohemia o algo rarita pero aún sigo escribiendo, recogiendo  mis sentimientos en tinta, solicitando un papel y boligrafo para sacar a la superficie mi maldición o imperfección favorita… escribir.